Son millones los jugadores de basquet que desearon jugar en la NBA. Millones los que se quedaron en el camino. Muy pocos los privilegiados que pudieron llegar a la más alta competición de basquet mundial. Son menos los que pudieron mantenerse y hacer una carrera digna. Muy pocos son los que se ganan ser una super estrella. Pero sólo Ginobili puede jugar a los 40 años y ser el más destacado del equipo.
El día a día de Manu
¿Como hace Manu para rendir cada vez mejor en la elite del basquet mundial? Hace unos años investigó cómo podía mantener su cuerpo en mejor estado y encontró la respuesta: Cuidarse como un animal.
Sí, un animal. No dejó de ser humano. Pero sus cuidados son diferentes a los de cualquiera. En esta investigación que hizo con especialistas decidió que tenía que hacer dos cosas: cambiar sus cuidados musculares y su alimentación. Una va de la mano con la otra.
No consume harinas, carnes rojas ni papas, porque inflaman los músculos. Tampoco toma pastillas desinflamantes. Se cuida a sobremanera.
¿Por qué no toma desinflamatorios? ¡Porque no elonga! ¿Alguna vez vieron un animal que haya ido de caza y que se desgarre antes de atrapar a la presa? ¿Lo vieron elongar después del acto?
Exacto, Ginobili tampoco. Parte de su trabajo fuera de las canchas es no elongar ni usar hielos. Tiene un kinesiólogo personalizado que le hace estiramientos. Como el de los animales, que estiran -sin saberlo- cadenas musculares. Primero una pierna, después la otra, los brazos, el cuerpo y luego una sacudida general. Antes y después de los partidos repite el procedimiento en su casa. No elonga, no se pone hielo y no para de romper records.
Sí, con 40 años, Ginobili se convirtió en un verdadero animal.
Fuente: Sporhub
